Ecografía musculoesquelética: Revolución en la consulta del traumatólogo

La ecografía musculoesquelética es una tecnología que, mediante la emisión de ultrasonidos, nos permite obtener imágenes instantáneas del interior de nuestro cuerpo, y las estructuras que lo forman como músculos, tendones, ligamentos, nervios y huesos.


A pesar de que la ecografía lleva utilizándose en la práctica médica desde hace décadas, el uso de esta tecnología en la consulta del traumatólogo ha empezado a aplicarse en los últimos años. La ecografía facilita al especialista en traumatología una información directa sobre la lesión del paciente a la que hasta ahora no tenía acceso en la consulta. 

Esto hace que el concepto de consulta tal y como lo conocíamos hasta ahora cambie, ya que nos permite profundizar más y mejor en el problema del paciente, obtener imágenes de la lesión en el momento, y confirmar o descubrir un diagnóstico en la mayoría de los casos desde la primera consulta; y esto nos permite aplicar de forma inmediata el tratamiento más adecuado para cada lesión. 


Estas posibilidades que abre la ecografía, sumado a sus ventajas respecto a otras pruebas diagnósticas, hace que el uso de esta tecnología se esté extendiendo en las consultas de traumatología de nuestro entorno, tal y como ya ha ocurrido en países como EEUU, Canada o Reino Unido.


Permite profundizar mejor en el problema del paciente, al proporcionar imágenes de la lesión en el momento y poder obtener un diagnóstico desde la primera consulta.


A continuación vamos a detallar algunas de las ventajas que ofrece esta prueba, y de las que se benefician tanto el traumatólogo, como principalmente el paciente:

  • La ecografía es una prueba inocua para el paciente, y a diferencia de la radiografía simple, el TAC o la resonancia, no conlleva ningún riesgo para ningún paciente al que se le realice.
  • Disponer de un aparato de ecografía en la consulta de traumatología permite realizar una prueba diagnóstica en el mismo momento de la consulta y, tras adquirir cierta experiencia, no demora excesivamente la duración de la misma.
  • Esto redunda en una mayor eficacia y optimización del tiempo, de los recursos y del acto médico tanto para el especialista como para el paciente.
  • La realización de una ecografía aporta información adicional del problema que tiene  el paciente en la práctica totalidad de los casos que atendemos en la consulta de traumatología.
  • En muchos pacientes únicamente con la ecografía es suficiente para realizar un diagnóstico preciso e incluso más completo del alcanzable con una resonancia o TAC (como en el caso de lesiones de hombro, tendones o músculos).
  • En el resto de pacientes la ecografía nos da pistas e información indirecta que nos guían hacia el diagnóstico, y que deberemos confirmar con otra prueba diagnóstica (como en casos de ciáticas por hernia discal en columna lumbar o roturas del ligamento cruzado anterior en rodilla).
  • Hay que puntualizar que los avances en ecografía musculoesquelética están en constante evolución, y las aplicaciones de esta técnica van ampliándose cada año, por lo que aún no ha llegado a su máximo desarrollo.
  • La ecografía es mucho más barata, en relación a la información que proporciona, que cualquier otra técnica de diagnóstico. Este menor coste permite al paciente obtener un mejor diagnóstico a un precio mucho menor que si se realizase otra prueba diferente. 
  • El hecho de que el mismo traumatólogo que intenta analizar el problema de un paciente pueda acceder, por medio de la ecografía, a explorar la región  o estructura en la que sospecha que hay una lesión, hace que esa prueba sea más eficaz tanto en resultado como en optimización de recursos. Esto amplia las posibilidades de que el paciente pueda obtener una respuesta acerca de dónde se encuentra el origen de su problema, y de este modo poder aplicar el tratamiento idóneo para resolverlo. 
  • La ecografía es la única técnica que permite realizar un estudio dinámico de las estructuras a explorar. Esto aporta una información muy útil ya que permite el estudio de una estructura del cuerpo en funcionamiento, lo que en ocasiones da la clave para el diagnóstico de una lesión. El resto de pruebas diagnósticas (radiografía simple, resonancia o scanner) lo que proporcionan es una instantánea de la región a estudiar en ausencia de movimiento lo que en ocasiones conlleva estudios “normales” o sin alteraciones, en regiones en las que sí existe una lesión.
  • Otra ventaja importante de la ecografía, tanto para el traumatólogo como para el paciente, es que permite durante la realización del estudio que el paciente guíe al profesional hacia el lugar donde localiza el dolor, dirigiendo el estudio ecográfico al origen de las sensaciones del paciente; pudiendo el profesional, mediante la imagen obtenida, descartar o confirmar qué estructura es responsable de las dolencias.

Por último, hay que destacar el papel de la ecografía como guía en la realización de un tratamiento. La posibilidad que nos brinda de obtener una visión directa de la región a tratar, nos permite durante la aplicación de una terapia, llevar la medicación con precisión hasta la estructura lesionada minimizando el daño de otras estructuras, administrar la medicación únicamente en la región dolorosa pudiendo rebajar así la dosis de medicación utilizada, y alcanzar estructuras que no podemos llegar a localizar en un tratamiento a “ciegas”. Esto aumenta las posibilidades de éxito de nuestros tratamientos, y por tanto las posibilidades de curar a nuestros pacientes. 


Como en cualquier faceta de la vida, todo tiene su lado oscuro. La principal desventaja de la ecografía es que es muy dependiente del profesional que la realice, y exige, para su dominio, un aprendizaje y estudio pormenorizado de su manejo y aplicación en el paciente.


Esto se ve compensado con creces, con la cantidad de información que el especialista recibe desde los primeros casos en que la utilice, y que irá pudiendo ampliar conforme vaya ganando en experiencia con su uso. En definitiva, se trata de una prueba muy agradecida, tanto para aclarar las dudas y guiar al profesional como para dar al paciente un mejor servicio.


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